Trabajo no editado; por Fernando Lalanda
Este libro, considerado y denominado por su propio autor como el nuevo Códice Calixtino; "Camino de Santiago, Codex Calixtinus 1982", tiene su propia historia, y es el pionero de las actuales guías sobre el Camino, de sus letras aún no se han hecho justicia, sepultados por los ríos de tinta que en oleadas le han sucedido, a imitación, para seguir a pie y de forma práctica la Ruta Jacobea. Es un trabajo singular pero a la vez uno más de ese moderno promotor del Camino de Santiago que fue el Cura del Cebrero don Elías Valiña Sampedro, obra que comparte anaquel con la flecha amarilla, la Credencial del Peregrino, las asociaciones federadas de amigos del Camino, la revista Peregrino, o la red de hospitalidad voluntaria en el Camino.
Que decir de este hombre que ya no lo hayan dicho otros, solo podría dar mi visión sobre él. Cuando yo era peregrino, me ejerció de hospitalero en su Cebrero, solo unas horas con él me dejaron una huella de admiración hacia su labor y su persona. Muy inteligente, emprendedor, modesto y molesto para sus próceres, por lo fue retirado de la primera escena a un lugar apartado del mundo, la última parroquia de la provincia que acogía a unas aldeas a punto de despoblarse y en donde los pocos feligreses subsistían en una condiciones de vida muy duras y primarias. Yo mismo pude comprobar en aquel entonces como muy cerca de allí, en la Faba, la gente compartía la vivienda con sus bestias, unas pallozas de piedra con techos de centeno que no habían evolucionado desde el siglo V antes de Cristo.
La primera edición como especial del Noticiero Turístico del M.T.I.C. |
Si utilizásemos la bonita parábola parecida a la de Arturo Soria de comparar un rosario con el Camino de Santiago, en donde las cuentas son las poblaciones y el hilo el camino que las une, vemos como en los años ochenta son varias las guías descriptivas de los lugares que conforman la ruta, como escasas las que se aventuran a decirnos por donde teníamos que caminar para saltar de una a otra cuenta, es decir sobre la descripción del camino en sí, Las perlas, más o menos se habían mantenido durante los siglos, pero el material de engarce se ha deteriorado con frecuencia y ha habido que cambiarlo en ocasiones adecuándolo a los tiempos que corrían en cada caso. No olvidemos que el peregrino siempre ha sido el que ha marcado su camino, atendiendo a su seguridad, alimentación y la hospitalidad, siendo el Reino el que ha prodigado la creación de instituciones que encauzaran estas necesidades por determinados sitios. La simple ausencia de un puente o un vado para cruzar un caudaloso río condiciona la ruta a seguir. La Revolución Industrial y de los medios de comunicación vial había invadido gran parte del camino asfaltándolo y adecuándolo a las nuevas necesidades de desplazamiento, la peligrosa velocidad de los automóviles amenazaba la seguridad del peregrino, la concentración parcelaria había arado las sendas medievales y los pantanos no solo anegaban tierras sino antiguos puentes. Así los peregrinos del siglo XX nos aventurábamos y perdíamos como Dios nos daba a entender y era necesario tender un nuevo hilo que nos condujera de perla en perla, algo más que explicarnos repetitivamente hasta la saciedad las aventuras de un tal don Suero de Quiñones, por lo que una buena guía práctica para el peregrino habría de atender a las necesidades de dónde comer, donde dormir y sobre todo por dónde ir.
Valiña, amén de marcar las encrucijadas con una pintura resistente a las inclemencias atmosféricas, tuvo el acierto de idear una guía con una cartografía al estilo de La Isla del Tesoro, croquis más esquemáticos que sujetos a escala y con una iconografía lógica al buen entender de un caminante. Fue una idea magistral para todas las demás guías que han utilizado perpetuando la misma filosofía práctica para orientar, lo que ha dado continuidad en el tiempo a su iniciativa. Esto es importante pues el Camino de Santiago venía funcionando por los arreones que le daban las llegadas de los Años Santos, con muy buenas voluntades personales, aisladas y descortinadas, pero estériles al ser discontinuas.
Don Elías se embarca en una cruzada personal en crear y editar esta guía. Literalmente embauca a un grupo de prestigiosos incondicionales que cada uno se hace cargo bajo su dirección de la región en la que habitan y dominan; en Navarra Juan Navarro; en Aragón Juan Francisco Aznarez; en La Rioja Felipe Abad León; en Burgos Francisco Valentín de la Cruz; en Palencia Ángel Sancho; en León Antonio Viñayo González. Ya con el trabajo en marcha, con sus colaboradores sino engañados si contagiados de su entusiástico ahínco, se va a "venderles la moto" al ya obsoleto Patronato Nacional del Camino de Santiago, presidido por el antiguo Ministerio de Ecuación Nacional convertido en aquel tiempo en Ministerio de Cultura, y del que le remiten al brazo secular de la Dirección General de Turismo donde le aceptan el proyecto.
El compromiso de la Dirección General de Turismo fue realizado en un momento de inestabilidad política ya que en 1981 el Gobierno de la UCD de Adolfo Suarez es reemplazado por el de Calvo Sotelo, y en el año siguiente, el 28 de octubre 1982, que es Año Santo, se celebran unas elecciones generales en las que el Partido Socialista gana "por el cambio" en una mayoría absoluta que provocará la desintegración del partido saliente, la Unión del Centro Democrático, esto ocurrirá en octubre y noviembre, justo cuando aparece editada la guía el Día de todos los Santos.
Con el manuscrito metido en un cajón don Elías se desesperaba al ver como van pasando los meses del Año Santo de 1982 sin que la guía vea la luz ni los peregrinos encuentren la senda, pero como los Amigos del Camino están en todas partes el antiguo Patrón de los marineros británicos echó una mano a través de la Armada Española, concretamente del Almirante don Fernando Moreno de Alboran. La historiadora Carmen Pugliense nos da la clave publicando en su libro Elías Valiña, el renacimiento del camino la carta del Director General de Promoción del Turismo:
Con el manuscrito metido en un cajón don Elías se desesperaba al ver como van pasando los meses del Año Santo de 1982 sin que la guía vea la luz ni los peregrinos encuentren la senda, pero como los Amigos del Camino están en todas partes el antiguo Patrón de los marineros británicos echó una mano a través de la Armada Española, concretamente del Almirante don Fernando Moreno de Alboran. La historiadora Carmen Pugliense nos da la clave publicando en su libro Elías Valiña, el renacimiento del camino la carta del Director General de Promoción del Turismo:
"Contesto a su atenta carta del pasado 28 de junio en la que se interesa por la edición de la obra "El Camino de Santiago".
En relación a este asunto le he de manifestar que esta Dirección General ha decidido editar la mencionada guía como número extraordinario de nuestro Noticiero Turístico, a fin de reducir costes.
Dado su interés por la obra, tan pronto la tengamos dispuesta, con mucho gusto le remitiré un ejemplar de la mencionada guía."
En la guía por fin editada el día uno de noviembre de 1982 no apareciendo por parte alguna la referencia de que fuese, como lo era, un número extraordinario del Noticiero Turístico, nos enteramos de ello por la menciuón de la citada carta del Director General, lo cual nos esclarece el por qué hoy en día es tan difícil poseer un ejemplar de esta primera edición. El truco ya era viejo, pues se había utilizado el Noticiero del Ministerio de Turismo para publicar sin gastos en 1965 así como su reedición en 1971 la obra del Patronato Nacional del Camino de Santiago, publicaciones que bien pueden entenderse como una buena guía práctica del Camino de Santiago. El Noticiero Turístico era de suscripción, y cara, la cantidad de ejemplares editados estaba condicionada al número de suscriptores que la amortizaban, "a fin de reducir costes", había escrito el Director General. Con solo editar unas pocas más para regalar a los autores y a los pocos interesados cumplieron con los compromiso y se sacudieron de encima al pesado cura que les apremiaba, Pero la realidad es que la guía no fue puesta a la venta y que apenas tuvo difusión, quizás pensando en que para el próximo Año Santo en 1993, tendrían que transcurrir aún once años.
La verdad es que el tema tiene otra lectura, las peregrinaciones a Santiago de Compostela solo se promocionaban en Años Jacobeos, tanto el Patronato como el Ministerio de Turismo habían puesto en la década de los sesenta sus perspectivas fallidas en una explotación turística del Camino de Santiago, pensando en entradas de divisas, con Paradores Nacionales, restaurantes, acondicionamiento de carreteras y gasolineras. Pero el tema no había obtenido los resultados esperados, y jamás estuvo en las mentes de los burócratas que el éxito iba a venir de las manos, o mejor dicho de los pies que aquellos pocos locos que recreaban andando las peregrinaciones medievales. Ese Año Santo de 1982 se contabilizaron 1.868 peregrinos, al año siguiente solo 146, cuando millones de turistas se bañaban aquellos años en las costas de sol mediterráneas. El Camino de Santiago y su minoría de seguidores se la traían al pairo en aquel momento al Ministerio de Turismo. Rellenaron con el tema un monográfico que estaban obligados a editar todos los años para sus suscriptores y se quitaban de encima a aquel insistente cura gallego y a sus influyentes amistades marítimas.
La verdad es que el tema tiene otra lectura, las peregrinaciones a Santiago de Compostela solo se promocionaban en Años Jacobeos, tanto el Patronato como el Ministerio de Turismo habían puesto en la década de los sesenta sus perspectivas fallidas en una explotación turística del Camino de Santiago, pensando en entradas de divisas, con Paradores Nacionales, restaurantes, acondicionamiento de carreteras y gasolineras. Pero el tema no había obtenido los resultados esperados, y jamás estuvo en las mentes de los burócratas que el éxito iba a venir de las manos, o mejor dicho de los pies que aquellos pocos locos que recreaban andando las peregrinaciones medievales. Ese Año Santo de 1982 se contabilizaron 1.868 peregrinos, al año siguiente solo 146, cuando millones de turistas se bañaban aquellos años en las costas de sol mediterráneas. El Camino de Santiago y su minoría de seguidores se la traían al pairo en aquel momento al Ministerio de Turismo. Rellenaron con el tema un monográfico que estaban obligados a editar todos los años para sus suscriptores y se quitaban de encima a aquel insistente cura gallego y a sus influyentes amistades marítimas.
La guía se editó el uno de noviembre del ochenta y dos, fuera de la temporada ideal para de andar el Camino de Santiago. Con 140 páginas de textos y fotografías a color y una cartografía esquemática que contenía 73 mapas, y dibujos de J. Ruiz Navarro. Su tamaño de 22 x 31 centímetros la hace incómoda para su trasporte en mochila, aunque en honor a la verdad pocas servirían para tal fin, pues fue un bien escaso en el mundillo peregrino. Tanto es así que no es de extrañar que cuando Luís Celeiro escribe su libro del 2008: Elías Valiña valedor del camino 1959 - 1989, entre la bibliografía escrita por don Elías, no cita ni recoge la obra, sino que va directamente a su reedición por la Editorial Everest; "primera edición, segunda reimpresión" es como figura en los títulos, existiendo dos variantes atendiendo a su encuadernación prensada o a la de espiral de alambre
El Ministerio de Información y Turismo a cambio de publicar la guía obliga a la cesión total de los derechos, lo que enmascara como un encargo mal pagado con unas cincuenta mil pesetas de la época, que no cubrieron ni los gastos más elementales. Contrariamente a lo que se ha escrito de qué se vendieron estos derechos a la Editorial Everest, el Ministerio los conserva en propiedad y solo cede gratuitamente la utilización de su material gráfico, compartiendo el copyright © de la obra a modo de licencia, lo que le va a permitir su utilización en cualquier otro momento, como así ocurrió con los mapas y dibujos en 1990, en un folleto escrito por Mercedes Reig de 40 páginas de 10 x 21 centímetros que editará, con el nombre de El Camino de Santiago, su oficina de "Turespaña", eso sí, respetando el derecho de cita del autor.
Caso aparte es la reproducción de ciertos dibujos que acompañan a la guía, obra de J. Ruiz Navarro, dibujante en la órbita de la Dirección General, pues en 1989 y con el título de; El Camino de Santiago, guía con servicios de Acogida para el Verano 1989, que edita La Comisión Interdiocesana del Camino de Santiago en España, a través de la Diputación de la Coruña, ya que dicha Comisión carece de ser persona jurídica, pues se vuelven a reproducir con © de Editorial Diputación Provincial.
Contrariamente a lo que pensamos, esta "tangada" a Valiña privándole de unos buenos fondos que a buen seguro hubiera reinvertido en el Camino, pues él vivía en la más espartana austeridad, en el fondo va a beneficiar al Camino gracias a la amplia red de distribución de la editorial, la guía como libro, va a llegar a un mercado no solo interesado en peregrinar andando, sino por el Camino de Santiago en general, lo que revertirá en su publicidad. Se traducirá al inglés, francés y alemán, promocionará el Camino y será la guía de obligado uso durante muchos años. Desde la aparición de esta guía hasta su siguiente guía El Camino de Santiago Guía del Peregrino a Compostela, editada por Galaxia de 1992, aunque ya póstuma, el número de peregrino como usuarios potenciales de la misma fueron 27.418.
La editorial reduce el formato de la guía a la mitad 15 x 31 centímetros, lo que la hace más manejable y transportable en una mochila, atendiendo así mismo a las indicaciones prácticas de Valiñas de que estuvieran enfrentados los mapas a los textos que los desarrollaban, cosa que no había sucedido en el Noticiero Turístico..
Es curioso estudiar la evolución y los nombres de las obras sobre la Ruta Jacobea, antes podíamos encontrar títulos como: Retablo Estelar del Apóstol Santiago, o Del Pirineo a Compostela, a partir de la implantación y uso de la palabra márqueting todos los libros se bautizarán con "Camino Santiago". Así también la obra de Valiña muta el nombre; primero el Ministerio lo llama: Guía del Peregrino el Camino de Santiago, Everest gira los términos con El Camino de Santiago guía del Peregrino. El orden de los factores no alterara el producto pero si facilitará su venta.
Hay dos cuestiones muy a tener en cuenta con esta editorial de León, una es su larga trayectoria en la publicación de libros relacionados con el Camino de Santiago y otra es su utilidad pública como brazo secular del ministerio para la promoción turística de nuestro país en el ámbito de la empresa privada. La colección de "guías artístico-turísticas Everest" primero fueron declaradas por el Ministerio de Información y Turismo como "Libro de interés turístico", para más tarde recibir el galardón "Al Mérito Turístico" que otorgaba esta misma institución. Libros de pequeño formato, fáciles de leer y que con grandes fotografías amenizaban las visitas de la creciente clase media a todas nuestras ciudades. Con esta colección ya habían empezado su relación con el Camino en 1968 editando El Hostal de los Reyes Católicos, donde la temática jacobea se desborda, continuando en 1971 con El Hostal de San Marcos en León y Santiago de Compostela. Así como ya en 1977 La provincia de León cuyo escritor, don Antonio Viñayo, sería coautor junto con Valiña de la zona Leonesa de la guía.
Fuera de la colección, su imprenta se hace cargo en 1972 de la impresión de La cartografía del Camino de Santiago, de la Asociación de los Amigos del Camino de Santiago de Estella, que como separata del libro Rutas Jacobeas a Compostela, que dirige "El Jefe de la Sección de Medios Audiovisuales" Eusebio Goicoechea Arrondo. Más tarde y dentro de la colección se encauzará el tema entre la Asociación de Estella y la Editorial Everest con la edición de una guía titulada El Camino de Santiago. Será en el mismo año 1982 en que el Ministerio edita a Valiña, siendo de reseñar que el presidente de la Asociación Sr. Berruete no empatizaba con el cura del Cebrero, a pesar de ser los dos pesos pesados en el Camino, y utilizar Valiña constantemente la existencia de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Estella como ejemplo a seguir para la fundación de las demás asociaciones. Por una causa o por otra Estella se descolgó de participar en la guía roja como en un principio se tenía pensado.
Estos entre manejes son solo de interés para unos pocos "friquis" del Camino, sucedieron hace tan solo unas décadas, pero ya son historia jacobea y aunque se pase por encima de estos temas tan farragosos, también está bien que se vaya dejando constancia de los pormenores a los futuros interesados en el estudio de la historia de la recuperación del Camino de Santiago en el siglo XX.
Con posterioridad a las reseñas realizadas por sus biógrafos en los distintos libros que se han realizado a don Elías, hemos podido adquirir un nuevo ejemplar de esta guía con un formato externo diferente, paradojicamente con una sobrecubierta azul que hace que la guía roja ya no sea tan roja. La encuadernación es en tapa dura lo que le da un aspecto de mayor calidad al libro, aunque como dije solo es el continente porque el contenido permanece inalterable. Tan solo en la primera hoja se hace destacar: "Obsequio de Explotación Minera internacional de España, S.A.; Exminexa", y en sus créditos: "Agradecemos a la Secretaría de Estado de Turismo su cooperación al ceder gratuitamente el material gráfico para la publicación de este libro".
Este descubrimiento de la obra de Valiñas como regalo de empresa abre la puerta a nuevas hipótesis pues Exminexa tenia una importante mina de extacción de cinc en Pedrafita del Cebreiro, la localidad donde residía don Elías. También por la numeración de su Depósito Legal, de 1982, podemos apreciar que ésta guía fue editada muy poco tiempo después que la de Turismo. Es ese estrecho margen de tiempo para su edición, en los tres últimos meses del año 1985, lo que nos hace pensar en las gestiones y presiones que entre bambolinas se debieron mover para hacer posible su difusión
BIBLIOGRAFÍA QUE SE HACE MENCIÓN:
- Celeiro, Luís, Elías Valiña valedor del Camino 1959-1989, Edita Xunta de Galicia, Xacobeo, 2007.
- Deben, Carmen, El Hostal de los Reyes católicos, Editorial Everest, Guías artístico turísticas, 1968.
- Deben, Carmen, El Hostal de San Marcos, Editorial Everest, Guías artístico turísticas, 1972
- De la Riera Aután, José Antonio, Presidente de la Asociación Gallega de Amigos del Camino de Santiago en el Acto de Clausura de las II Jornadas de Tradición y Música en el Camino de Santiago celebradas en julio de 2007 en Villaviciosa de Odón, Madrid.
- Goicoechea Arrondo, Eusebio, Cartografía del Camino de Santiago, Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Estella, 1972
- Goicoechea Arrondo, Eusebio, El Camino de Santiago, de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Estella, Editorial Everest, Guías artístico turísticas, 1982.
- Goicoechea Arrondo, Eusebio, Rutas Jacobeas, Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Estella, 1971.
- Pugliense, Carmen / Pombo, Anto / VVAA; Elías Valiña, el renacimiento del camino, Edita Xunta de Galicia, Xacobeo, 2007.
- Reig, Mercedes / Valiñas Sampedro, Elías, Camino de Santiago, Colección Viajes y Cultura, Turespaña, Ministerio de Transportes Turismo y Comunicaciones, 1990.
- Rodríguez González / Valera Jacome, B, Santiago de Compostela, Editorial Everest, Guías artístico turísticas, 1971.
- Soria Puig, Arturo, El Camino de Santiago, vías, estaciones y señales, Editado por Ministerio de Obras Publicas y Transportes, Madrid 1993.
- Valiñas Sampedro, Elías, El Camino de Santiago, estudio Histórico-jurídico, Edita Servicio Publicaciones Diputación Provincial de Lugo. 3º edición 2000.
- Valiñas Sanpedro, Elías, Caminos a Compostela, El Faro de Vigo, 1971.
- Valiñas Sampedro, Elías, Guía del Peregrino, El Camino de Santiago, Ministerio de Transportes Turismo y Comunicaciones, Secretaria de Estado de Turismo, 1982.
- Valiñas Sampedro, Elías, El Camino de Santiago, guía del peregrino, Editorial Everest, S.A. 1985.
- Valiñas Sampedro, Elías / Reig, Mercedes, Camino de Santiago, Colección Viajes y Cultura, Turespaña, Ministerio de Transportes Turismo y Comunicaciones, 1990.
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